13.5.15

Restaurante alucinante: poema de Juan Guinea Díaz


Qué tal si hui mengem al restaurant? Genial, però no val qualsevol restaurant, com aquest que versifica Juana Guinea Díaz.
 
Restaurante Alucinante

Restaurante Alucinante, ¿qué quieren desayunar?
Para las brujas tenemos zumo de niña estrujada
con pastel de ojos risueños y cabezas despiojadas
de niños desobedientes que no paran de llorar.

Pasen, pasen, vengan todos
y prueben nuestros manjares,
se acabó el pasar las horas
buscando niños vulgares:
¡Restaurante Alucinante
se los cocina al instante!

Restaurante Alucinante, ¿Cuántos son para almorzar?
Recomiendo al señor Lobo nuestro guiso de cerdito,
o la lasaña rellena de abuelita y corderito
con dedos de niña buena, ¡Un exquisito manjar!

Pasen, pasen, vengan todos
y prueben nuestros manjares,
se acabó el pasar las horas
buscando niños vulgares:
¡Restaurante Alucinante
se los cocina al instante!

Restaurante Alucinante, ¿han venido a merendar?
A los ogros aconsejo el batido de Princesa,
o bracitos de bebé en salsa de chocolate.
Y si quieren algo vivo para llevarse al gaznate,
tenemos siete enanitos atrapados por sorpresa.

Pasen, pasen, vengan todos
y prueben nuestros manjares,
se acabó el pasar las horas
buscando niños vulgares:
¡Restaurante Alucinante
se los cocina al instante!

Restaurante Alucinante, niños, niñas, ¡A cenar!
Podéis salir a la calle, ya no tenéis que escondeos:
Las brujas, lobos y ogros, y demás villanos feos
han caído en nuestra trampa ¡Ya no os van a molestar!

La il·lustració és d'Erika Steiskal.